Nacionalismo sufre una derrota en elecciones parlamentarias en Holanda ad portas de votación francesa
El Partido por la Libertad de Geert Wilders logra apenas 19 escaños, por debajo de los 33 que le daban todas las encuestas.
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Las elecciones en Holanda, uno de los seis países fundadores de la Unión Europea con sus 12,9 millones de habitantes, fueron consideraras como una prueba para los políticos tradicionales ante el surgimiento de los movimientos populistas y nacionalistas de Europa y todo el mundo ad portas de las elecciones en Francia el 23 de abril y en Alemania en septiembre.
Un día antes de la votación, cuatro de cada diez holandeses no sabían por quién iban a votar. Sin embargo, las expectativas de que el siguiente bastión tradicionalista caiga –tras el Brexit en el Reino Unido y la victoria de Donald Trump en EEUU- fracasaron.
Sin Nexit
El Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders, que hizo campaña con las promesas de prohibir el Corán y la migración musulmana, y sacar al país de la Unión Europea, según los resultados preliminares de Ipsos, logró apenas 19 escaños en el parlamento, por debajo de todas las encuestas de las últimas semanas y en fuerte contraste con los 33 puestos a que apuntaban las encuestas de diciembre.
“Después de Trump y el Brexit miraban a Europa, donde tres países podrían enviar una señal del auge populista. Y se ha demostrado que el ruido se ha detenido aquí en Holanda”, dijo el líder de Demócratas 66, Alexander Pechtold.
Wilders -que anteriormente dijo que cualquier resultado será una victoria, porque el “genio ya no volverá a la botella y esta revolución patriótica, ya sea hoy o mañana, ocurrirá”- agradeció a sus votantes, señalando que el partido igualmente ha ganado puestos en el órgano legislativo y que el primer ministro, Mark Rutte, “todavía no se ha librado de mi”.
Realineamiento de fuerzas
El partido del mandatario, Partido Popular por la Libertad y Democracia (VVD), –que en las últimas encuestas iba apenas en 2-4% por encima de PVV- logró 31 puestos en el parlamento. El resultado, aunque significa una pérdida de diez escaños, fue considerado una victoria. “Holanda, ¡eres un campeón! Felicidades por este gran resultado”, puso Rutte en su Twitter. La canciller alemana, Angela Merkel, llamó al primer ministro para felicitarlo, señalando que espera una mayor cooperación entre los países.
Mientras tanto, la pérdida de VVD no se compara con el fracaso de su socio de coalición, laboristas, que bajaron su presencia en el órgano legislativo de 38 a 9 representantes, el peor desempeño del partido en la historia del país.
Los realineambientos entre partidarios significan que Rutte –para lograr una mayoría de 76 parlamentarios en el órgano de 150- tendrá que buscar una coalición más amplia con otros ganadores centristas, Demócratas Cristianos y Demócratas 66 (ambos con 19 asientos). Eso podría complicar las negociaciones: todos los gabinetes de Holanda desde la Segunda Guerra Mundial eran de coalición de entre dos y cinco partidos, con un promedio de 72 días para formar un gabinete y un máximo de siete meses de demora.
Sin embargo, habrá que esperar el resultado oficial: por los temores de hackeo computacional, las autoridades optaron por un conteo manual de votos.
Factor Turquía
Mientras que las tensiones diplomáticas con Turquía han complicado al gobierno holandés, la actitud de Rutte contó con una aprobación de la mayoría de holandeses, aumentando su apoyo ad portas de las elecciones.
Ayer, varias cuentas de Twitter -entre ellos, del Departamento de Salud de Reino Unido, de Amnistía Internacional y de UNICEF Estados Unidos- fueron hackeadas con los mensajes en turco que usaron etiquetas #Nazialmanya (Alemanianazi) o #Nazihollanda (Holandanazi), símbolos nazi y la frase “esta es una pequeña bofetada otomana”.